Por unos demonios más

—Date prisa —susurró Ceri, con la cara empapada en sudor—. Probablemen-te aparecerás como un usuario no registrado pero, a menos que ella lo haya maldecido de nuevo, probablemente la estará buscando y responderá.

 

?Usuario no registrado?, me pregunté. Me humedecí los labios y cerré los ojos. Ya estaba conectada a la línea, así que lo único que quedaba era invocar la maldición y pensar en su nombre. Mater tintinnabulum, Minias, pensé, sin esperar que ocurriese nada.

 

Mi respiración era entrecortada y sentí la mano de Ceri agarrándome la mu?eca, obligándome a permanecer en el círculo, Sentí una sacudida de siempre jamás que brotó de mí y que tenía el color de mi aura. Sentí que me abandonaba como un pájaro aleteando y luché por mantener la calma mientras veía a aquello huir de mi imaginación, llevándose consigo una parte de mí.

 

—?No permitiré que me lo robe! —gritó Newt—. ?Es mio! ?Quiero recupe-rarlo!

 

—Concéntrate —susurró Ceri, y eso hice. Sentí que aquel trozo que se había liberado de mí resonaba como una campana por todo siempre jamás. Y como una campana que suena, recibió contestación.

 

Estoy un poco ocupado, dijo una voz irritada. Deje un mensaje en el maldito teléfono y me pondré en contacto con usted.

 

Sentí un escalofrío al sentir vagar por mi mente unos pensamientos que no eran míos, pero Ceri me mantuvo la mano inmóvil. Dentro de Minias había una acumulación de preocupación, culpa y contrariedad. Pero me había ignorado como a una teleoperadora y estaba dispuesto a cortar la conexión.

 

Newt pensé yo. Llévate el desequilibrio por haberte convocado y te diré dónde está. Y promete que no nos harás da?o, a?adí, Ni dejarás que ella nos lo haga. ?Y sácala de una maldita vez de mi iglesia!

 

—?Date prisa! —gritó Ceri, y estuve a punto de perder la concentración.

 

Trato hecho, pensó la voz con decisión. La preocupación de Minias, se acentuó en gran medida y se unió a la mía. ?Dónde estáis?

 

Mi breve euforia desapareció. Esto…, pensé mientras me preguntaba como dar indicaciones a un demonio, pero el propio Minias también sintió confundido.

 

?Qué rayos esto haciendo al otro lado de las líneas? Está a punto de salir el sol.

 

?Está intentando matarme!, pensé yo. ?Trae tu culo aquí y ven a recogerla!

 

No estás registrada. ?Cómo se supone que voy a saber quién eres? Tendré que…

 

Me puse tensa y separé la mano del círculo y de la mano de Ceri cuando la presencia de la voz estrujó más mis pensamientos. Respirando con dificultad, me caí de culo y mi cuerpo reflejó mi intento por desprenderme de la presencia de Minias.

 

—Penetrar en tus pensamientos —dijo una voz oscura pero dulce.

 

—Dios, tú que estás en los cielos, sálvanos —dijo Ceri jadeando.

 

Mi cabeza se giró y pude ver que Ceri se caía de espaldas. Golpeé el círculo y el pánico me invadió al ver que se rompía y emitía un destello negro.

 

Oh, Dios, estamos muertos.

 

Nuestras miradas Se encontraron mientras ella se sentaba en el suelo. Sus ojos decían que pensaba que nos había matado. Newt gritó y yo me giré donde estaba sentada y me quedé paralizada por la conmoción.

 

Entre nosotros y Newt no había nada, solo un hombre cuya túnica púrpura era idéntica a la de ella excepto en el color. Iba descalzo y justo en ese instante recordé el brillo de aquella túnica al ponerse entre Ceri y yo cuando él empujó a la elfo contra la burbuja para hacer que se rompiese y así poder llegar a Newt.

 

—Suéltame, Minias —gritó Newt, y yo abrí los ojos de par en par al ver aquella mano de nudillos gigantes agarrándola por el antebrazo—. Tiene algo que me pertenece y quiero que me lo devuelva.

 

—?Qué tiene tuyo? —le preguntó él con tranquilidad, de espaldas a mí.

 

Minias le sacaba una cabeza a Newt y la hacía parecer vulnerable a pesar de la mordaz vehemencia de su voz. La voz de Minias tenía, un tono fingido demasiado despreocupado. De repente vi que le tenía agarrado el báculo a Newt justo por encima de la mano. Pero Newt no se calmó, ni siquiera cuando la dulce voz de Minias invadió e1 santuario profanado como un bálsamo. Era una voz tranquilizadora, pero también tensa.

 

Newt no dijo nada. Podía ver el dobladillo de su túnica temblar al otro lado de Minias. Me puse de pie con dificultad y Ceri, que estaba a mi lado, hizo lo mismo. No se molestó en restituir el círculo. ?Qué objetivo tenía todo eso? Minias se movió para bloquear la vista de Newt. Estaba centrado en ella, pero yo estaba segura de que era consciente de nuestra presencia y parecía saber lo que estaba haciendo. Todavía no le había visto 1a cara, pero tenía el pelo corto y casta?o y llevaba los rizos aplastados por el mismo sombrero que llevaba Newt.

 

—Respira —dijo Minias, como si estuviese intentando provocar algo—. Dime qué es lo que quieres.

 

—Quiero recordar —susurró ella. Era como si nosotras ya no estuviésemos en aquella estancia. Estaban totalmente concentrados el uno en el otro y entonces Minias dejó de apretarle el brazo.

 

—Entonces, ?por qué…?

 

—Porque duele —dijo ella, moviendo sus pies descalzos.