Las pruebas (The Maze Runner #2)

Aris asintió, obviamente igual de perplejo que el resto de presentes en la habitación.

—?Y podías…? —empezó a preguntar Thomas, pero vaciló. Era como si cada vez que sacara el tema estuviera admitiendo ante el mundo que estaba loco—. ?Podías hablar con una de las chicas dentro de tu mente? Ya sabes, por telepatía.

Los ojos de Aris se abrieron de par en par y se quedó con la vista clavada en Thomas, como si él entendiera un oscuro secreto que tan sólo otra persona que lo compartiera pudiera comprender.

?Me oyes?

La pregunta apareció tan clara en la mente de Thomas que al principio pensó que Aris lo había dicho en voz alta. Pero no, sus labios no se habían movido.

?Me oyes? —repitió el chico.

Thomas vaciló y tragó saliva. Sí.

La mataron —le dijo Aris—. Mataron a mi mejor amiga.





Capítulo 6


—?Qué pasa? —preguntó Newt mientras miraba a Thomas y Aris—. ?Por qué os estáis mirando como si acabarais de enamoraros?

—él también puede hacerlo —respondió Thomas sin quitarle los ojos de encima al chico nuevo, al tiempo que veía a los demás de reojo. Aquella última afirmación de Aris le había aterrorizado; si habían matado a su compa?era telepática…

—?Qué es lo que hace? —preguntó Fritanga.

—?Tú qué crees? —dijo Minho—. Es un bicho raro como Thomas. Pueden hablar en sus cabezas.

Newt fulminó a Thomas con la mirada.

—?En serio?

Thomas asintió y estuvo a punto de volver a hablar a Aris en su mente, pero lo dijo en voz alta en el último segundo: —?Quién la mató? ?Qué pasó?

—?Quién ha matado a quién? —preguntó Minho—. No hagáis más vuestra clonc vudú mientras estemos por aquí.

Thomas, a quien empezaban a llorarle los ojos, dejó por fin de mirar a Aris para centrarse en Minho.

—Tenía a alguien con quien hacía esto, igual que yo antes. Digo… ahora. Pero me ha dicho que la mataron. Quiero saber quién es esa gente.

Aris había bajado la cabeza y sus ojos miraban cerca de donde estaba Thomas sentado.

—La verdad es que no sé quiénes son. Es demasiado confuso. No sé diferenciar a los buenos de los malos. Pero creo que de algún modo hicieron que aquella chica, Beth… apu?alara a… mi amiga. Se llamaba Rachel. Está muerta, tío. Está muerta.

Se cubrió la cara con ambas manos.

Thomas sintió un pinchazo casi doloroso de confusión. Todo apuntaba a que Aris venía de otra versión del Laberinto, montado en el mismo formato, salvo por la proporción de chicas con respecto a los chicos. Eso convertiría a Aris en su versión de Teresa. Y esa Beth parecía ser su versión de Gally, quien mató a Chuck. Con un cuchillo. ?Significa eso que se suponía que Gally tenía que haber matado a Thomas?

Pero ?por qué estaba Aris allí ahora? ?Y dónde estaba Teresa? Cuando las cosas parecían casi encajar en su mente, se desbarataron de nuevo.

—Bueno, ?cómo has acabado con nosotros? —preguntó Newt—. ?Dónde están todas esas chicas de las que no dejas de hablar? ?Cuántas escaparon contigo? ?Os trajeron aquí a todos o sólo a ti?

Thomas no pudo evitar compadecerse de Aris al ver que le interrogaban con todas aquellas preguntas después de lo que le había sucedido. Si fuera al revés, si Thomas hubiera visto cómo mataban a Teresa… Ver cómo moría Chuck ya había sido bastante malo.

??Bastante malo? —pensó—. ?O ver morir a Chuck fue peor??.

Thomas quería gritar. En aquel momento, el mundo entero apestaba.

Aris al final levantó la cabeza y se secó un par de lágrimas de las mejillas. Lo hizo sin la más mínima se?al de vergüenza y Thomas de repente supo que le gustaba aquel chaval.

—Mira —dijo el chico—, estoy tan confundido como todos los demás. Sobrevivimos unos treinta, nos llevaron a aquel gimnasio, nos dieron de comer y nos lavamos. Luego me trajeron aquí ayer por la noche y me dijeron que tenía que estar separado de ellas porque soy un chico. Eso es todo. Entonces aparecisteis vosotros, palos.

—?Palos? —repitió Minho.

Aris negó con la cabeza.

—Da igual. Ni siquiera sé lo que significa. Era una palabra que usaban cuando llegué allí.

Minho intercambió una mirada con Thomas, medio sonriendo. Al parecer ambos grupos habían inventado su propio vocabulario.

—?Eh! —exclamó uno de los clarianos al que Thomas apenas conocía. Estaba apoyado en la pared detrás de Aris y le se?aló—. ?Qué llevas en ese lado de tu cuello? Algo negro, justo debajo de donde empieza tu camisa.

Aris intentó bajar la vista, pero no podía torcer el cuello para ver esa parte de su cuerpo.

?Qué?

Al darse la vuelta, Thomas vio una mancha oscura justo encima del escote de su pijama. Parecía una línea gruesa, que se extendía desde su clavícula hasta la espalda. Y estaba partida, como si trazara caracteres.